En la actualidad, el mercado de fertilizantes agrícolas está dominado por varios tipos de productos, como urea, superfosfato triple y potasio cloruro. Aunque estos fertilizantes son ampliamente utilizados, presentan ciertas limitaciones. Por ejemplo, la urea tiene una alta tasa de volatilización, lo que puede resultar en una pérdida de nitrógeno del 30% - 40%. El superfosfato triple puede causar acidificación del suelo en el largo plazo, afectando la salud de las plantas y la biodiversidad del suelo. El potasio cloruro no es adecuado para cultivos sensibles al cloro, como frutales y hortalizas.
Las partículas de sulfato de amonio son una fuente valiosa de nitrógeno y azufre para las plantas. Contienen aproximadamente un 21% de nitrógeno en forma de amonio (NH₄⁺) y un 24% de azufre en forma de sulfato (SO₄²⁻). La forma de nitrógeno amonio es menos propensa a la volatilización en comparación con la urea, lo que significa una mayor retención en el suelo. Además, el azufre es esencial para la síntesis de proteínas y aminoácidos en las plantas, mejorando la calidad y la resistencia a enfermedades.
En cuanto a las características físicas, las partículas de sulfato de amonio tienen una buena solubilidad en agua, lo que permite una rápida absorción por parte de las raíces de las plantas. Tienen una estructura granular uniforme, lo que facilita la aplicación y la distribución en el campo.
Fertilizante | Contenido de Nitrógeno (%) | Contenido de Azufre (%) | Tasa de Absorción | Efecto en el Suelo |
---|---|---|---|---|
Sulfato de Amonio | 21 | 24 | Alta | Neutraliza la alcalinidad del suelo |
Urea | 46 | 0 | Media | Puede causar alcalinidad en el suelo |
Superfosfato Triple | 0 | 0 | Media | Puede causar acidificación del suelo |
Las partículas de sulfato de amonio son adecuadas para una amplia variedad de cultivos y tipos de suelo. En cultivos de cereales, como trigo y maíz, pueden aumentar la producción en un 10% - 15% en comparación con fertilizantes convencionales. En frutales y hortalizas, mejoran la calidad del fruto y la resistencia a enfermedades. En suelos ácidos, ayudan a equilibrar el pH, mientras que en suelos alcalinos, neutralizan la alcalinidad.
Para una fertilización eficiente, se recomienda aplicar las partículas de sulfato de amonio en dosis adecuadas según el tipo de cultivo y la calidad del suelo. Por ejemplo, en cultivos de cereales, se pueden aplicar 100 - 150 kg/ha al inicio de la temporada de cultivo y 50 - 100 kg/ha durante la etapa de florecimiento. En frutales, se pueden aplicar 200 - 300 kg/ha al final del invierno y 100 - 200 kg/ha después de la cosecha.
Un caso de estudio en una granja de maíz en España mostró que la aplicación de partículas de sulfato de amonio aumentó la producción de maíz en un 12% en comparación con la fertilización tradicional. Además, la calidad del grano mejoró, con un mayor contenido de proteínas y una mejor resistencia a enfermedades.
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